(Este capítulo cuenta el punto de vista de las demás
mientras Eris está en el hospital)
“Si no la
despiertan, no puedo hacerle mis preguntas” se quejaba Luz.
“Lo siento
señoritas, pero ella tiene que descansar y si no pueden acatar los ordenes,
debo pedirles que se marchen”. Advirtió la enfermera.
“Me disculpó por
ellas, están preocupadas y ansiosas por hablar con ella” las excusó Shion.
La enfermera se
retiró y todos se quedaron en silencio, por unos treinta segundos.
“Bueno entiendo lo
del reposo, pero necesito una explicación” explotó Rach.
“Shion tu sabes
algo, por favor ilumínanos” suplicó Carol.
La anciana vaciló
por un pequeño lapso de tiempo y habló, con una tenue voz; casi un susurro.
“Bueno, como
empezar”.
“Por el principio”
instó Luz.
“Si, si. Eris
tiene no solo la capacidad de ser una cazadora extraordinaria, debido a su
fuerza y rapidez, sino también es una buscadora.
Cuando tenía
alrededor de cinco años, ella desarrolló la increíble habilidad de poder ver el
interior de las mentes y esto funciona siempre y cuando haya visto los ojos de
la persona.
Ella se conectó a
la mía inconcientemente y comenzó a responder todas las preguntas que ni había
formulado, y además de esto me di cuneta por que podía sentirla moviéndose en
mi mente. No es algo malo, ahora no puedo percatarme si lo hace o no.
Esto solo lo
pueden bloquear Shader de iguales poderes y a mi completo saber no hay muchas
buscadoras hoy en día, no quise que se enteraran y por eso le prohibí hacerlo
desde entonces”.
“Sorprendente”
exclamó Luz.
“Cómo has podido
ocultarnos esto?” Rach se enojó.
“Porque debía
hacerlo, era la mejor manera y como su mentora podía tomar esa decisión”.
“Qué más sabes?
Acaso tiene más poderes… en ese momento, nos advirtió acerca de la cantidad de
demonios. Cómo es posible.”
“No sé mucho más,
ella es muy…diferente sería la palabra adecuada. Y solo ella podrá responder a
todas las preguntas”.
“Diferente para
bien?” dijo Luz.
“Desconozco de
ello, pero no puedo asegurar nada y por le abrupto desarrollo en el último mes,
estoy sobre un mapa en blanco chicas”.
“Todo es muy raro,
pero sigue siendo nuestra mejor amiga y nos salvó la vida. Le debemos más que
dudas sobre ella”. Argumentó Carol.
“Si tienes toda la
razón, aunque de alguna forma tendrá que
contarnos la verdad” repuso Rachel.
Al concluir la
confusa plática, todas salieron y se dirigieron a su casa.
Llegaron, cenaron
y se fueron a sus habitaciones, ninguna podía dormir.
“Valla, parece que
todas pensamos en lo mismo” dijo Carol, viendo sentadas a Luz y Rachel en la
cocina.
Ambas se
encogieron de hombros.
Eran demasiadas
cosas para asimilar, el hecho de que casi murieran a manos (o mejor dicho a
garras) de Truks y que una de ellas se encontrara hospitalizada e inconciente
tras haber perdido demasiada sangre. No obstante, esa misma persona por la que
se preocupaban es la que por casi once años le ha ocultado cosas y por si
fuera, no podían enojarse con ella.
“Me siento mal por
enfadarme con Eris” comenzó Rach.
“Te entiendo,
pero…por Dios. Que pasa con su cerebro para que nos excluya de esa manera, como
si no fuéramos nada para ella y…y…eso está matándome” expuso Luz.
“Míralo desde su
punto de vista, no tiene familia; bueno ustedes pero me refería a que no sabe
nada de sus padres. Todos lo tatuajes son una herencia de familia, como el
emblema de cada una y ella tiene el más extraño y nadie conoce nada sobre el.
Ni comentar sobre
sus poderes que recientemente despertaron, si les pasara a ustedes que harían?”
explicó Alexander sentándose junto a Carol.
“Yo se los
contaría” repuso Rach.
“Claro, eres tan vanidosa
que no te importaría” le gruñó Luz.
“No habrá ni una
discusión siquiera, él tiene razón y no está bien juzgarla sin conocer sus
motivos” terminó Carol.
Pero lo que Alex
no podía explicarles, era que mientras Eris hacia el ataque para que ellos
escaparan, la había visto cambiar de forma.
Su poder no solo
le permitía ver a través de las cosas, sino también le proporcionaba una
excelente visión. Él pudo ver a través del escudo, en el momento exacto cuando
ella comenzó a recitar el conjuro, la forma de aquella chica se hizo borrosa;
dando lugar a una apariencia que había hecho surgir todo el miedo, que todos
los demonios anteriores no pudieron en él.
Era la misma Eris
pero sus ojos ya no eran celestes, si no totalmente negros con un borde rojo en
el exterior y desde el centro de su espalda se extendían dos enormes alas
negras.
Ni hizo mención alguna de las largas uñas que
semejaban garras, ni tampoco de los puntiagudos dientes que asomaban de su
boca.
Pero lo más
extraño fue, que el tatuaje que antes fue negro cambio a un color rojo
escarlata. Era la mismísima imagen de un Luord.
No quería ni podía
contarles, ya era totalmente insoportable tener esa imagen en su mente desde
entonces.
“Ella recibió
transfusiones, eso no disminuirá su poder?” preguntó Carol.
“No, cuando nos
subimos a los autos, llamé al banco de sangre privado que tenemos y expliqué la
situación, no se preocupen, es algo que hicimos proveyendo estas situaciones.”
“Cómo hicieron con
el hospital” inquirió Luz.
“Fue sencillo,
inventamos una historieta de religión y que ella no podía recibir sangre de
nadie que no fuera de su misma comunidad o algo por el estilo”. Explicó.
Era una burda
mentira y ellas lo sabían, pero llegaron a la conclusión de que no deseaban
saber la verdad.
“Cómo se
encuentra?”
Todos se
sobresaltaron al oír la voz de Shadow,
quien estaba entrando a la habitación. Por lo general el demonio no salía del
cuarto de Eris, para no incomodar a ninguna de las chicas.
“Está bien sigue
dormida, pero los doctores aseguran que se encuentra perfectamente y que
evoluciona favorablemente” le comentó Rach.
Esto era un gran
avance, ya que ella es la primera en rehusarse hablarle y rechazarlo.
“No debí dejarla
ir sola, debí sublevarme a su orden e ir de todas formas y esto no hubiese
sucedido. Aunque fuese una orden suya no tuve que acatarla”.
Su voz mostraba
tal angustia y remordimiento, que todos los rostros de los allí presentes
mostraron pena.
“Te ordenó eso?”
Rach sonó alarmada.
“Supongo, que se
debió a que no quería que la vieran con algo como yo” se le quebró la voz en
las últimas palabras.
“Hey gatito, ella
te adora y eso fue solo para protegerte. Te imaginas lo que dirían los
humanos?” le animó.
“Si supongo, pero aún así” dijo
melancólicamente.
Todos se sumieron
en un profundo silencio, dejaron sin terminar la conversación y se movieron a
sus respectivos cuartos.
Con el alba todas
se levantaron para comenzar con la rutina, Alex tomó el lugar de Eris en el
entrenamiento y ello hizo evidente cuan avanzadas están las chicas. Si él
quería estar a la altura, debería empezar a entrenar inmediatamente.
La práctica duró
menos de lo acostumbrado, debido a que Shion tenía la intención de que todas
fueran al hospital y así poder apaciguar de alguna manera a las muchachas.
Al entrar,
decidieron pasara ver si Eris estaba despierta y luego visitar a Scott.
Llegaron a la habitación, la cual estaba vacía y pidieron una inmediata
explicación a la primera enfermera que pasó.
“Ella fue
trasladada” explicó la joven enfermera.
“QUEEÉ???”
gritaron las chicas a coro.
“Debe haber una
mal entendido, no he firmado ningún consentimiento. No pueden trasladarla así
como así” aseguró Shion.
“Ella está…”
“Si ya lo sé,
muchas gracias por su atención”.
Con ese comentario
la anciana se despidió de la mujer. Siguieron caminando por el laberíntico
hospital, hasta llegar al ala norte del segundo piso y se pararon en la puerta
de l habitación de donde provenía la presencia demoníaca de Eris.
Ella se encontraba
en la cama contigua a la de Scott, ellos se reían de algún mal chiste y se
veían bastante más animados.
El brillo que
mostró el rostro del muchacho al ver a su novia en la puerta, no tiene precio
pero pronto fue sucedida por una máscara de incertidumbre.
Todas las miradas
se posaron sobre Eris, la forma en que la miraban dejaba ver, y a la legua se
notaban, las miles de preguntas que querían formularle.
Luz comenzó abrir
la boca y Eris la interrumpió antes de que pronunciara las primeras letras.
“En casa” le
gruñó.
Viendo en la
mentes de las mentes de las mujeres, Eris comprendió claramente que no solo
están aliviadas de verla bien, sino también enfadadas por una gran cantidad de
cosas juntas (las respuestas que tendrían que esperar, el hecho que ella
estuviera con Scott y por casi sobre todo esto, por la falta de confianza que
les tenía).
“En casa” volvió a
repetir.
“Qué sucede? Rach,
nena, qué pasa?” preguntó el muchacho.
“Nada, solo es que
no les avisé que me trasladaban y por eso se han enojado conmigo” explicó Eris.
“Si, ella tiene
toda la razón. Cómo estás hoy?” le preguntó.
“Perfectamente, no
veo la hora de que me den el alta. Si no fuera porque la trajeron aquí
(señalando con su dedo índice en dirección a Eris) me moriría de aburrimiento,
pero ahora mismo lo preferiría. Ella es una molestia jajá jajá”.
“Dímelo a mi, yo
vivo con ella” se quejó Rach.
Todos se rieron de
la supuesta broma, pero no lo era y lo peor de todo…Eris sabía cuanto daño les
hizo a sus amigas.
“Ya va siendo hora
de que se vallan, llegaran tarde” les regañó Shion.
“En casa, ya les
dije” volvió a decir la muchacha.
Entonces todos
asintieron y se marcharon.
Nadie habló camino
al instituto, el ambiente se sentía pesado a su alrededor y era difícil no
notarlo.
“Si ellos está
bien, a Scott le dan el alta la semana que viene y nuestra abuela nos mando un
mensaje de texto diciendo que a Eris salía hoy” comentó Luz.
“Ah, pero está
bien que se valla?” formuló Aaron.
“Ella no quiere
quedarse, aunque solo fue un día y medio” explicó Carol.
“Está bien, no es
nada grave, mañana seguro vendrá a la escuela” alegó Alex.
“Pero qué fue lo
que pasó, no entendí mucho” insistió Georgia.
Pese haber
recibido al explicación unas cuatro veces como mínimo y el que lo preguntará
nuevamente ocasionó que algunos de los que se sentaba en la mesa pusieran los
ojos en blanco y otros resoplaran.
“Íbamos al lago
para ver la luna a medianoche, dicen que es muy romántica y él quería ir. No
conducía como un loco ni nada, iba a 80 como mucho, pero de la nada salió un
cervatillo y Scott dio un volantazo, y nos salimos de la carretera.
Se soltó para
cubrirme con su cuerpo, eso hizo que yo solo saliera con algunos cortes y
magulladuras y él…bueno gracias a ellos está todo bien”.
Rach contó la mini
historia, está era la misma que habían contado en el hospital y a la policía.
“Vale lo has entendido ya?” le preguntó
sarcástico End.
“Si, si,
disculpen”
Sonó una
estruendosa música, Rach tomó su celular y presionó la tecla SEND.
“Hola?.. Ah Shion
ya están en casa? Pásamela… hey, sigues grogui o puedes hablar sin dormirte?
Jaja, no te enojes. Todos te mandan saludos, pórtate bien y descansa. Kiss” y
colgó.
“Cómo se
encuentra?” fue Endimión quien hablo sorprendiendo a todos.
“Mmm-,
cascarrabias como siempre. Ya conoces su mal genio” le respondió.
La plática
continuó hasta que acabó la hora del almuerzo, ellas asistieron a sus clases
restantes y una vez hubo finalizado el día condujeron de regreso.
Llamaron
mentalmente a Eris y le pidieron que se reuniera junto a ellas en la
biblioteca, tomaron asiento y nadie tomó la iniciativa. Luego de unos largos
minutos de incómodo silencio, Luz rompió el hielo.
“Lo haces cuando
quieres?” le preguntó.
“Al principio no
lo controlaba, pero Shion me ayudó y ahora puedo hacerlo a mi entero antojo.
Como ella me lo prohibió solo lo utilizaba en las sesiones de entrenamiento con
ella.
Recuerdas la noche
cuando hablamos del baile y te reíste?”
“Si, tu tam…”.
En ese instante a
Luz le huyó todo el color de su cara, viéndose más pálida que una pieza de
mármol. Al medio segundo después, su rostro se colorió en un llamativo rosado.
Y ahí fue cuando
todo comenzó…
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