Me subí a mi auto
estando más que cabreada, cuantas tretas me jugaría el destino y por si fuera
poco, tengo que explicarles a todas cuando regrese.
Encendí el
vehículo y salí a toda máquina sin siquiera mirar en la dirección en la que se
encontraba.
Cómo podía
tratarme de ese modo, aún se me hace imposible de creer que él sacara a la
superficie a la cazadora y creo que vio algo más que eso, por la forma en la
que reaccionó. Además, está el hecho de que quisiera recordar y claro cómo no
lo querría, si con la conmoción del momento le borré los recuerdos y no los
reemplacé.
Sumémosle a eso,
el detallito del endemoniado tanque de gasolina y la extraña e intensa carga
eléctrica cuando me acorraló. A caso el universo entero confabula en mi
contra?.
Hablando de
confabulaciones y esas cosas, a qué se debió el comportamiento de End cuando
nos vio entrar al pasillo. Lo que más me sorprendió, es que automáticamente al
verme (no quiero sonar egocéntrica, pero es lo que me pareció) soltó la mano de
su novia y me quedó viendo. Por primera vez mis ojos reflejaron mis
sentimientos, creo que él no se dio por aludido, ya que cuando conectamos
nuestras miradas él nos observaba totalmente ceñudo. Al principio, supuse que era por la noche anterior y luego
comprendí; no me veía fijamente por estar molesto.
Sino que miraba de
esa forma a Alex. Claro, si me mantenía oprimida contra su esbelto cuerpo y
situaba sus manos sobre la piel desnuda que mostraba mi atuendo de hoy.
De pronto, otra
pregunta tomó posición sobre todo pensamiento: está celoso?
No, eso no es
verdad. Él está con esa muchacha, quien podría competir en belleza con
cualquier modelo y sin embargo, no nos llegaría ni a los talones.
Pero incluso Alex
dijo que era bonita, Alex…Alex. Casi se me olvida que no he podido hablar con
él y hoy casi me había suplicado al oído que habláramos por la noche.
No quise detenerme
a pensar en qué tema sería, peor supuse que no me gustaría en lo absoluto y nos
pelearíamos por mi respuesta. No me había dado cuenta de que ya había llegado a
la casa, traté de tranquilizarme y parecer desentendida con el tema. Estacioné
y me dirigí a la cocina, donde ya todos estaban ayudando con la elaboración de
la comida.
“Hola” dije.
“Hey, cómo te
fue?” quiso saber Shion.
“Supongo que bien”
“Supones?” dijo
Carol.
“Bueno, de todas
formas se enteraran. Endimión está también en esta clase y por eso es supongo, no me agrada” me quejé.
“Bueno niña, no es
para tanto, no le des importancia y listo. Ya verás que no te molestará tanto”
dijo Shion.
Quise decirle que
se equivocaba, que por más que no le diera importancia y le ignorar, ese chico
se seguiría metiendo conmigo. Quise contarle lo de esa tarde, pero no tuve el
coraje y solo abrevié mi respuesta.
“Si tú lo dices”
dije encogiéndome.
Me acerqué a la
mesada a tomar una galleta y Alex se situó a mi diestra.
“Eris podremos
hablar antes de la cena?” me dijo.
“Cuanto falta para
la cena” pedí.
“Un buen rato”
dijo.
“Ahora volvemos”
dijo Alex.
No terminó de
decir esto, que me tomó por la muñeca y me arrastró hacia la noche por la
puerta trasera.
Caminamos hasta
una formación rocosa que está situada en el límite del bosque; Alex hizo ademán
para que me sentara y así lo hice.
Alexander estaba
muy nervioso, jugaba con sus inquietos dedos y mantenía la mirada perdida en
algún punto en el horizonte. Me extrañaba muchísimo tal comportamiento en él,
un chico que no tenía inhibición alguna y que era todo un Don Juan con las
mujeres; no quise mirar sus pensamientos y dejarle así un poco de intimidad.
Los segundos
seguían avanzando, y Alexander no articulaba palabra alguna. Quise cortar con
aquello que le incomodaba, no podía verlo en ese estado y decidí mostrarle mi
último descubrimiento.
“Te puedo mostrar
algo?” comencé.
Cuando él giró su
rostro hacia mí, y supe que tenía toda su atención, se lo mostré. Alcé mi mano
derecha y al instante una flama de un color azul intenso, la recubría por
completo.
“Cómo…un hechizo?”
me preguntó.
“Hay poderes que
puedo invocar sin conjuros y este es uno. No te parece hermoso el color?”
“…”
“Veo que te
encuentras mejor. Ahora, sabes que puedes hablarme de lo que sea y no hace
falta que me vengas con rodeos.
Si no te importa,
me dirías qué es lo que te tiene de esa manera?” le dije.
Al momento en que
terminé, se tenso a tal punto que apretó sus manos en puños y sus nudillos se
tornaron blancos por la fuerza que ejercía. Extendí mi brazo, situando mi mano
sobre una de las suyas y ejercí cierta presión, de modo que le inspirase
confianza.
“Alex…, nos
buscan” le dije.
Oí decir a Shion
que la comida estaba lista y enviaba a Rachel a buscarnos, no me percaté del
tiempo que pasamos sin decir palabras. Alex mirando a la nada y yo viéndolo a
él, su rostro pensativo no me gustaba en lo más mínimo.
Qué debería de
haber pasado, o debería de estar por suceder, para que se comportara de ese
modo y yo no podía hacer nada para animarlo. Me sentía mal, él era la única
persona que no me presionaba por mi forma de ser; digo esto porque incluso las
muchachas y Shion, que me conocían desde pequeña, algunas veces lo hacían.
“Vamos?” le
pregunté.
En eso llegó Rach,
con una sonrisa pícara y poniendo sus manos detrás de su espalda, nos comunicó
que la cena ya estaba lista. Caminamos de regreso a la casa, cenamos y Shion
nos dijo que por estos días no entrenaríamos.
Como no tenía
mucho para hacer, puesto que durante el almuerzo había terminado todas las
tareas que nos asignaron y decidí salir a corre. Salí sola, me perdí en mis
pensamientos y mientras aceleraba el paso, mis cavilaciones se profundizaron.
Qué era lo que
tenía Endimión, cómo era posible que solo él fuera capaz de sacar a la luz a mi
cazadora y lo más importante: qué era lo que me sucedía a mi con él.
La respuesta no
era fácil, no es que no me resulte atractivo; pero hay algo que me produce
atracción y a la vez un rechazo enorme hacía él.
Cuando regresé a
casa, busqué a Alex por todas partes
para seguir con la plática y era obvio que no lo encontraría. Eran pasadas las
tres de la madrugada y él ya debería de estar durmiendo.
Nunca fui de
dormir mucho, ni siquiera de bebé (o al menos eso dice Shion), cuanto mucho
dormiré unas cinco horas y eso era lo máximo. Pero ayer me excedí, entre que
llegué, me duché y me dormí se hicieron las cinco de la mañana y solo puede
dormir hasta las seis y treinta; las demás comenzaron hacer demasiado ruido
como para seguir durmiendo.
“Ya cállense!” les
grité lanzando mi almohada contra la puerta.
A regaña dientes
me levanté, mojé mi rostro con agua fría para espabilarme y me miré al espejo.
Sería inútil tratar de maquillarme, solo me iba a ver peor y a decir verdad, no
me sentía con ánimos tampoco. El día de hoy hasta mi vestimenta reflejaba mi
humor, me vestí con un Jean roído y con cortes de color celeste, un buzo negro
(el cual me queda uno o dos talles más grande) y unas converse negra. No quise
hacer mucho con mi cabello, así que solo lo cepillé y dejé que se acomodara
como quisiera.
Bajé a desayunar y
como era de esperarse todos se quedaron viéndome. No es como si hubiera bajado
desnuda, es solo que mínimamente todos los días me maquillo y hoy era una
excepción.
“Vaya! Nos
levantamos con el pie izquierdo” exclamó Shion.
“No has dormido
verdad?” preguntó Carol.
Solo me encogí de
hombros. Me senté y tomé mi desayuno, al mirar al pobre de Alexander me di
cuenta que no tenía la menor idea de lo que sucedía.
“Hoy no estoy de
buen humor, por eso estoy así vestida y no me han dado ganas de usar maquillaje.
Hace mucho que no me pasaba este mal humor y es normal que te sorprendas” le
aclaré.
“No te ves nada
mal, es más, estás hermosa” me dijo.
“He tenido días
mejores” dije en tono coqueto.
Todos estallamos
en risas y en pocos minutos me sentía más animada, aunque estaba sumamente
cómoda y no subiría a cambiarme.
Entramos al garaje
y le aventé las llaves del auto a Al, alegando que no quería manejar. La verdad
es que, el recorrido lleva entre treinta o cuarenta y cinco minutos y yo lo
hacia en quince; por ende y sabiendo que Alex era un conductor prudente,
aprovecharía la ocasión para echarme una siestita.
Alexander quedó
atónito ante mi pedido y prácticamente tuve que empujarlo para que se subiera,
una vez logrado mi cometido me senté en el asiento del copiloto recliné el
asiento y me acurruqué más que dispuesta a dormir.
Ni siquiera
salimos del terreno y yo ya estaba como en el quinto sueño, extrañamente no
soñé con nada y eso que he estado teniendo recurrentes pesadillas.
Comencé a
despertarme, cuando sentí una tibia mano sobre mi mejilla y la cual trazaba
pequeños círculos sobre esta. Abrí lentamente mis ojos y me encontré con que
Alex estaba a una muy corta distancia, había reclinado el asiento y apoyaba su
codo derecho en el apoya cabezas. Su cabeza yacía sobre su mano y con la mano
izquierda, se dedicaba a acariciarme.
Sus facciones
estaban relajadas, como si disfrutara de verme dormir.
Me incorporé y le
enfrenté.
“Cuánto tiempo he
dormido?” dije estirándome.
“Una hora al
menos” me informó.
“Llegaremos tarde”
exclamé.
“Estás tan
dormida, que ni viste a qué hora nos fuimos. Mira” dijo señalando el
salpicadero.
Casi me da un
infarto, todavía teníamos diez minutos para entrar y de ahí en más volvimos al
comportamiento de la noche anterior. Alexander se tensó y se dedicó a ver por
la ventana, ahora que me doy cuenta… la escena de antes debía verse muy
bochornosa, lo miré y sin decir palabras el asintió y salimos del auto.
No exagero si les
digo que todo el instituto fijaba la vista sobre nosotros, no era usual vernos
así a ninguno de los dos.
Comenzaron las
clases, y casi todos los profesores nos habían pedido diversos trabajos y había
que entregarlos hoy. No tuve percance alguno, pero varios de mis compañeros si
y eso incluye a Rach.
En química y
matemática, decidieron tomar un examen sorpresa y nuevamente no tuve que ni
esforzarme. Perecía como si nada el día de hoy pudiera captar por completo mi
atención, bueno a excepción de una persona… Endimión Grey.
Sentía su mirada
en mi espalda a todo momento y eso me fastidiaba, de seguro seguiría con lo del
tanque de gasolina y todo eso; acaso volvemos a la época de la inquisición y
éste la personificaba?
A la hora del
almuerzo, End volvía a comportarse como ayer repelía a Georgia si yo estaba
delante suyo y la dejaba acercarse si no los veía. Con esta extraña situación y
sumándole el comportamiento de Alex, quien parecía querer seguir con nuestra
plática y no encontraba el momento o solo se quedaba callado, estos dos
conseguirían volverme loca.
Caminábamos a la
única clase que nos faltaba, gimnasia y hoy tendríamos una clase de defensa
personal, la decisión fue tomada por el incremento de ataques en el último mes.
Claro que ninguno sabe o supone que estos asaltos, o como quieran llamarlos,
son hechos por demonios.
Elegimos parejas,
los chicos harían de atacantes y los profesores nos mostraron los movimientos
que debíamos realizar.
Mi pareja como
siempre, era Alexander y él era mucho mejor que yo en el combate cuerpo a
cuerpo; la última vez que nos vimos me tiró a la lona como unas veinte veces
como mínimo. Tomamos posiciones, pero Alex no cooperaba ni siquiera hacia el
esfuerzo de hablarme y hasta ahí aguanté.
Lo tomé por el
brazo y lo lancé al suelo con toda la fuerza que pude, no me importó que nos
vieran él había roto mi límite.
“Eris- “ me dijo
ahogadamente.
“Eris nada, te lo
has buscado. Qué rayos tienes, me tienes harta con esa actitud.
Me importa un
rábano si está lista la cena o que la mismísima casa se prenda fuego, hoy a la
noche hablaremos de esto. Por Dios qué diablos te pasa?” le grité.
Él se incorporó
haciendo una mueca, seguramente de dolor por el golpe y se me acercó.
Me tomó con un
brazo por la cintura y me atrajo hacia su cuerpo, apoyó su frente sobre la mía
y al cabo de unos segundos así acercó sus labios a los míos. Los mismos se
movieron gesticulando dos palabras y al mismo tiempo moviendo los míos mientras
lo hacia, esperé oír el sonido de aquellas palabras al salir de su boca pero
fue en vano y se alejó.
En ese instante me
percaté que mi tatuaje estaba tibio, o mejor dicho unos cuantos grados más
arriba que mi temperatura corporal. Acaso esto quiere decir que mi guardián es
él?
Pero no era lo
mismo que con Endimión.
Me rasqué la
cabeza y le grité.
“Idiota.”
Me sonrojé mucho,
todos habían sido testigos de la extraña escena y me asomé en la mente de las
personas para prepararme para los rumores de mañana.
Mis hermanas
victoreaban a Alex, pero no entiendo el por qué, y para el resto de la clase
solo fue una rara escena y todos se preguntaban qué me había susurrado.
Pero para mi
sorpresa, logré captar un pensamiento el cual nunca creí posible y lo mejor de
todo es que por fin pude oírle.
“Lo mato, cómo se
atreve. Ella es…”
Diablos justo ahí
se tiene que cortar, me dije a mi misma. Aunque fuera solo unos segundos y esa
inconclusa frase, pude oír los
pensamientos de End por primera vez y eso solo me bastaba para quitar el mal
humor.
Seguimos con los
ejercicios hasta que la clase terminó le pedí a Alexander hablar seriamente a
mi regreso, puesto que hoy tenía francés y no volvería con ellos.
Caminaba por el
corredor y doblé en una esquina para llegar a mi casillero, el cual estaba
ubicado a una hilera de distancia del de Endimion.
Cuando digo que
algo habré hecho en mi vida pasada, estoy cien por ciento segura.
Mi mala suerte me
azotaba una vez más, torpemente enredé mi pie con las correas de una mochila
que estaba tirada en el suelo y trastabillé cuando el dueño de mi trampa haló
de la mochila. Hubiese caído de espaldas, si un fuerte brazo no me hubiera
agarrado por la cintura; ese mismo brazo me sostenía firmemente y soportaba
todo mi peso.
Su mano apretaba
fuerte, pero sin lastimarme mis costillas y fue en ese momento en que lo oí.
“Hay!!” casi
gritó.
Eso solo bastó
para atraerme a la realidad.
Era Endimion quien
había gritado, quien me había sostenido de esa manera y quien provocaba esas
sensaciones en mí.
“Me quemaste” me
acusó.
“Debe de ser
porque venía apurada, me debo de haber sobre saltado.”
“Pero tu espalda
se siente arder” insistió.
“Solo lo imaginas”
“No-“
Lo acallé poniendo
mi dedo índice sobre sus labios.
“Déjalo así vale?”
me alejé.
“Lo siento y
gracias” le dije volviéndome y dándole una alegre sonrisa.
Llegué al salón y
me acomodé en mi pupitre, detrás de mí entró la profesora Gloss. Ella es joven,
quizás unos treinta y ocho años, piel crema y cabello castaño rojizo; y también
tiene un perfecto acento francés.
Siempre dice que
se debe a los años que vivió allí cuando pequeña y el amor que siente por ese
idioma. La señorita Gloss solo hablaba francés durante los ejercicios o durante
la lectura.
“Sr. Grey, su
primer día y llega tarde” indicó la profesora.
“Lo siento, me
paralizó una sonrisa” repuso y me miró de reojo.
Qué descarado
pensé, aunque la sin vergüenza fui yo y no lo digo por sonreírle, sino por
flirtear nuevamente con él.
“Tome asiento” le
advirtió.
“Hoy comenzaremos
con la lectura de Galatea, la autora en las primeras páginas nos deja una
pequeña introducción y también como verán, este libro carece de un prólogo o
prefacio o cualquier tipo de introducción a la historia; exceptuando estas cortas
líneas.
Hoy haremos un
debate sobre este pequeño resumen, de tarea deberán leer los primeros diez
capítulos y la próxima clase habrá un examen” prosiguió.
Todos se quejaron,
pero no había nada que hacer para evitarlo y con resignación comenzamos la lectura.
La profesora Gloss comenzó a leer.
DANS LE TEMPS DISTANT, DANS UN MONDE LOINTAIN. DEUX
ÂMES SONT DESTINÉES LA UNE À L'AUTRE.
UN MONDE DANS UNE GUERRE, L'AMOUR DÉFENDU ET UNE DESTINATION INÉVITABLE.
C'EST UNE HISTOIRE DE L'AMOUR, OÙ TOUT PEUT SUCCÉDER, TU PERMETS-TOI DE COURIR PAR CES PAGES ET VOYAGE EN CE MONDE INCONNU ET ATTRAYANT.
TU INIVITO À LIRE, TU UN DÉFI Y A UN CROIRE ET SURTOUT IL T'A DÉFIÉ À FAIRE LA COUR À TOI.
UN MONDE DANS UNE GUERRE, L'AMOUR DÉFENDU ET UNE DESTINATION INÉVITABLE.
C'EST UNE HISTOIRE DE L'AMOUR, OÙ TOUT PEUT SUCCÉDER, TU PERMETS-TOI DE COURIR PAR CES PAGES ET VOYAGE EN CE MONDE INCONNU ET ATTRAYANT.
TU INIVITO À LIRE, TU UN DÉFI Y A UN CROIRE ET SURTOUT IL T'A DÉFIÉ À FAIRE LA COUR À TOI.
(EN UN TIEMPO
DISTANTE, EN UN MUNDO LEJANO. DOS ALMAS ESTAN DESTINADAS LA UNA A LA OTRA.
UN MUNDO EN GUERRA, UN AMOR PROHIBIDO Y UN DESTINO INEVITABLE.
ESTA ES UNA HISTORIA DE AMOR, DONDE TODO PUEDE SUCEDER, DEJATE CORRER POR ESTAS PÁGINAS Y VIAJE A ESTE MUNDO DESCONOCIDO Y ATRAYENTE.
TE INIVITO A LEER, TE RETO HA CREER Y SOBRE TODO TE DESAFIO A ENAMORARTE.)
UN MUNDO EN GUERRA, UN AMOR PROHIBIDO Y UN DESTINO INEVITABLE.
ESTA ES UNA HISTORIA DE AMOR, DONDE TODO PUEDE SUCEDER, DEJATE CORRER POR ESTAS PÁGINAS Y VIAJE A ESTE MUNDO DESCONOCIDO Y ATRAYENTE.
TE INIVITO A LEER, TE RETO HA CREER Y SOBRE TODO TE DESAFIO A ENAMORARTE.)
“Bueno qué
opinan?” nos indagó.
“Sin leer los
capítulos no se puede dar una crítica muy buena, porque hay que leer para poder
darla” dijo una compañera.
“En mi opinión es
una pérdida de tiempo, siempre es la misma cosa y todos los novelistas repiten
una y otra vez el mismo escenario.
Los protagonistas
sufren por su amor incomprendido y este lleva a que realicen cosas osadas o,
para mí, inútiles. No se les ocurre nada mejor que contar” dijo Endimion.
"REGARDE TU ES TROP IDIOT APRÈS AVOIR CRU CELA ET TON MANQUE
D'EXPÉRIENCE SE VOIT.
POURVU QUE UN RAYON MALHEUREUX TE DIVISE"
POURVU QUE UN RAYON MALHEUREUX TE DIVISE"
("MIRA, ERES DEMASIADO IDIOTA AL CREER ESO Y
SE NOTA TU FALTA DE EXPERIENCIA.
OJALA TE PARTA UN RAYO INFELIZ")
OJALA TE PARTA UN RAYO INFELIZ")
"UNE
MADEMOISELLE STRAUSS, NE DEVRAIT PAS UTILISER UN FRANÇAIS SI AVANCÉ DANS CETTE
CLASSE" LA PROF M'A GRONDÉ
("SEÑORITA STRAUSS, NO DEBERIA USAR UN
FRANCES TAN AVANZADO EN ESTA CLASE" ME REGAÑO LA PROFESORA)
"JE LE SENS, CE N'A PAS ÉTÉ MON
INTENTION IL EST SEUL QUI SAIT DÉJÀ" JE LUI AI DIT EN MARQUANT AVEC LA VUE
END
("LO SIENTO, NO FUE MI INTENCION ES SOLO QUE
YA SABE" LE DIJE SEÑALANDO CON LA VISTA A END)
La Srta. Gloss solo se limitó a
sonreírme y prosiguió con la clase, me mantuve callada por el resto de la misa;
ella tenía razón no podía utilizar un francés tan avanzado. Pero no iba a dejar
que su mediocre opinión quedara sin refutar y bueno no tenía necesidad de
estar, pero como no enseñaban rumano y el francés es el único idioma que no he
estudiado oficialmente.
La profesora dio por terminada la hora antes de tiempo, todos (me incluyo) estábamos felices de irnos
antes. Salimos al pasillo y me dispuse a ir a la salida, cuando una mano se
cerró fuertemente sobre mí ante brazo y me giró.
“Se puede saber por qué tomas clases de francés si ya lo sabes?”
interrogó Endimion.
“Eso no te importa y lo hago porque me gusta vale? Si fueras tan amable
de soltarme” le dije enarcando una ceja.
No dijo nada y tampoco me soltó, solo me quedó viendo como si lo
hiciera por primera vez.
“Ahora” exigí y sacudí mi brazo.
“Por qué eres así?” me dijo.
“Creo que como soy o dejo de ser es mi problema y no tuyo, además creo
que te lo diré resumiéndolo todo en una frase.” Suspiré y le dije.
“Porque estoy…hotirikiri kura yami no naka, mouira sae miena ashita he
to shizu” le dije y me fui.
Entré a mi auto y necesitaba pensar, así que puse a todo volumen The
World is Black. Todavía tenía que tener una larga plática con Alexander y
estaba más que nerviosa, así que pisé a fondo el acelerador y llegué a casa en
diez minutos (todo un nuevo record).
Entré como alma que lleva el diablo, todos estaban casi sentándose para
comer y me apresuré a tomar por la muñeca a Alex.
“Afuera” le dije.
“Eris la comida” dijo Carol.
“Ni se te ocurra” bufé a Alex.
“Pero-“ dijo este.
“Un cuerno” sentencié. “Y no molesten.”
Salimos de la casa rumbo al bosque y lo guié hasta el pequeñísimo lago
donde suelo entrenar. Él seguía sin pronunciar palabra y con eso saqué toda la
rabia que he estado reprimiendo.
“Habla” le ordené.
“De qué?” dijo haciéndose el
idiota.
“Qué es lo que te sucede, o lo haces por las buenas o por las malas; tú
eliges” amenacé.
“Si y qué harás?” me retó.
“De acuerdo si no lo dices, lo sacaré de tu mente y te recomiendo que
no pongas resistencia o te dolerá”
Comencé a moverme en su mente, dejando que él me sintiera hacerlo; pude
hacerlo sin que lo notara pero no me parecía justo.
Alex se estremeció ante la sensación y fijó sus ojos inyectados de ira
y me tomó por los hombros.
“Rayos Eris” me gritó.
Me detuve esperando que haya comprendido lo delicado de la situación y
lo que haré di no me lo decía. Al verlo tan enojado me dio un poco de miedo, el
chico es imponente cuando quiere.
Pero si puede enfrentarme a los demonios, puede hacerle frente a casi
todo, no?
“Me lo dirás?” demandé.
“Tú…tu eres mi problema, Eris” me gritó.
Me tambaleé no pudiendo mantener el equilibrio, como si mis piernas no
fueran lo suficientemente fuertes para sostenerme y cuando pensé que caería, la
mano de Alex se cerró en torno a mi brazo. De un tirón, me solté de su agarre y
lo miré con inmenso dolor colmando cada célula de mi ser.
“Déjame explicarte” me dijo.
Solo pude negar con mi cabeza, tratando desesperadamente de tragarme
las lágrimas que amenazaban con salir y sentía que si trataba de pronunciar
palabra estallaría.
“Por favor, necesito decirlo” me pidió.
Seguí negando y me interrumpió, tomando mi rostro entre sus manos. Sus
ojos suplicantes, pedían a gritos perdón y que lo oyera.
“Eris, te conocí hace ocho años y fue digamos que por casualidad. Estuve
tan solo tres escasas semanas aquí contigo y eso bastó para tenerte en mi mente
estos largos años, en lo único que pensaba era cuando volvería a verte.
Le pedí a Luz que me mantuviera al tanto de todo lo que te sucediera y
de ser posible que me enviara foto tuyas. Te he enviado un regalo por cada vez
que he pensado en ti, tratando de solventar de algún modo el vacío que siento
al no poder formar parte de tu vida.
Ya sé que m reputación, que soy un casanova, que no busco compromiso y
déjame decirte que nunca tuve la intención de cortejarte con la finalidad de un
momento; todo lo hice por ti y para ti.
A principios de año, tomé la decisión de venir a vivir aquí y estar a
tu lado; formar parte de tu vida y con eso sería sumamente feliz. Mis padres
pusieron el grito en el cielo, yate imaginas lo que dijeron y para ser del todo
sincero te lo diré.
Me dijeron que no podía, no con una Shader sin nombre y menos porque no
se sabe nada de ti o tu familia. No me importó, aún así seguí con el plan
inicial de venir aquí y amenazaron con desheredarme; eso tampoco funcionó.
Nada de lo que me digan me hará cambiar de opinión y por nada del mundo
me apartaría de tu lado.”
No comprendía que trataba de decirme, sabía que me apreciaba demasiado
y aún así no entendía por qué yo era su problema.
Lo miraba con plena confusión en mi rostro y las lágrimas al borde de
mis párpados.
“Veo que no fui lo suficientemente claro” dijo y suspiró.
“Bueno aquí va: Te Amo, estoy incorregiblemente y perdidamente
enamorado de ti. Eres mi demonio de hielo, la única que puede congelar mi
infierno viviente y la única que con una
sonrisa derrite mi mundo entero.
La única para la que tengo ojos y por ti haría cualquier cosa.
Ahora por favor perdóname por mi comportamiento y dime si me
comprendes?”
“Alex, yo…”
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